lunes, 14 de febrero de 2011

Biografia de Hugo Salazar

Toda biografía se compone de retazos de muy distintas telas que componen el lienzo de una vida: cierto aroma de leyenda, necesaria bruma que rodea la realidad; las mitologías de infancia y juventud, que acaban convirtiéndose en el Paraíso perdido; y una dosis innegable de genética, que dota de verdad a la ciencia. La vida de Hugo Salazar tiene todas estas cosas y algunas más.

Hunde sus raíces en el epicentro del sur: la ciudad de Sevilla, la eternamente romanceada Sevilla, la de tardes de plazuela y madrugadas de taberna. Las mismas plazuelas y madrugadas en que Hugo solía, de adolescente, tocar su maltrecha guitarra, cantando sus primeros amores, descubriendo la luz de los días. Aquella voz quebrada hacía augurar ya entonces a un artista en ciernes cuyas tonadas pronto corrieron de boca en boca por patios y zaguanes, por el río y en Triana.
Tiene también Hugo, además del aire del sur, una genealogía favorable: nació y creció rodeado de coplas y guitarras, soniquetes de piano y el ardor de las voces sureñas. No había rincón familiar donde no se cantara, ni reunión que no acabara en fiesta. Tocado de esta gracia, decidió andar los caminos de la música y construirse una voz, un tempo, un ritmo propio con que cantar las cosas del corazón y el mundo circundante. Y así echó a andar de sur a norte y viceversa, con sus afanes a cuesta.
Junto a varios de sus amigos de juventud —compañeros de armas, mosqueteros de Híspalis—, fundó un grupo que causó furor entre las adolescentes allá donde cantaran. Ir a escuchar sus canciones, las propias pero también versiones de temas populares, era punto obligado de la noche sevillana, y no eran infrecuentes, al acabar la función, las interminables colas de chicas en vilo esperando un autógrafo, un gesto distraído, tal vez un beso robado a la madrugada.
Por entonces, apenas veinteañero, la fama local de Hugo Salazar dio un salto de gigante a las pantallas de TV de manos de un conocido programa musical, Operación triunfo, que en los últimos años ha descubierto y lanzado a algunos talentos del panorama de la música española actual. Como triunfito enseguida se ganó las simpatías del gran público, y sus ocurrencias, así como su carácter espontáneo y sincero, pero sobre todo su voz llena de matices y tonalidades en cada interpretación, fueron muy comentados y aplaudidos por el jurado y los telespectadores.
Fruto de esta irrepetible experiencia televisiva y del aprendizaje musical junto a una serie de profesionales es su primer trabajo discográfico, que aparece en 2003 con el título de El héroe de tu vida. Encontramos todavía en él a un “artista adolescente”, en el sentido en que anda en busca de una voz propia y de una imagen personal más allá del mero “producto” de mercado. Su mucha juventud de entonces y, por qué no decirlo, su inocencia artística se sienten latir en temas como “El héroe de tu vida” o “Para siempre”, que representan la frescura y explosión de la edad primaveral; al tiempo que vemos a un Hugo más lánguido y cálido en baladas de aire italiano como “Esta rabia” o “Lo que tú quieras soy”.

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